O: por qué los nombres importan
“¡El sentimiento es todo; el nombre, ruido y humo que oscurece al cielo!” Esto dice Fausto en el Fausto de Goethe. Pero, ¿de verdad es así? ¿De verdad nuestro nombre no es más que ruido y humo que oscurece al cielo? Si fuera así, ¿por qué, lo primero que te quitan en una cárcel, en un campo de concentración, en un centro de detención como el de Guantánamo, es tu nombre, y te convierten en un número? De esta manera, te quitan tu personalidad, tu humanidad. Para mí es obvio: nuestro nombre es mucho más que ruido y humo, el nombre representa a nuestra individualidad, nos hace humanos.